sábado, 28 de febrero de 2009

TRUCOS COCINA





A la parrilla

Cuando hago patatas y chorizos en la parrilla, antes los envuelvo uno a uno en papel de aluminio. Quedan mucho mejor, se asan más rápidamente y no se ponen tan negros.

Seguro que ahora que se acerca el buen tiempo te apetece preparar de vez en cuando pinchos morunos en la parrilla. Si quieres que ganen mucho en sabor, no olvides frotarlos, antes de insertarlos en el pincho, con ajo y romero empapado en aceite

A punto de nieve

Para obtener rápidamente unas claras a punto de nieve, prueba con el siguiente truco: al empezar a batirlas, añade una pizca de sal y unas gotitas de zumo de limón. Así de fácil.

Ablandar la miel

Si la miel que tienes en un tarro se ha puesto dura, introduce una zanahoria bien limpia y sin pelar en el recipiente. Haz esta operación al atardecer y a las doce horas volverá a estar líquida.

Abrir ostras

Abrir ostras. Una forma muy buena de hacerlo es remojándolas en agua con gas durante 5 minutos.

Las ostras se abrirán fácilmente si las metes media hora en una bolsa de plástico dentro del congelador.

Aceite con sabor

Mete los dientes de ajo en un bote y cúbrelos con aceite. Así se conservarán en perfecto estado y dejarán su sabor en el aceite, convirtiéndolo en un aliño delicioso para ensaladas

Mete en un frasco de cristal unas ramas frescas de hinojo (recuerda: brotes tiernos), añade aceite de oliva hasta que el hinojo esté bien cubierto y colócalo en una ventana en la que le dé el sol. Déjalo al menos 15 días. Después de este tiempo habrás obtenido un aceite delicioso para aderezar la ensalada de tomate, como adobo y para freír o asar pescado. Si lo prefieres, en lugar de hinojo, puedes hacerlo con tomillo, romero

Aceite limpio

Para que no se ennegrezca con los fritos, poned un cascarón de huevo en el aceite de freír.

Si el aceite se te ha quemado, echa una ramita de perejil y deja que se dore ligeramente. Luego, pasa el aceite por un colador. Quedará transparente y podrás seguir friendo

Aceitunas negras

Aceitunas negras. Para macerarlas, déjalas durante ocho días en aceite de oliva al que hayas añadido dos dientes de ajo, tomillo y un poco de ajedrea. Además, luego podrás utilizar el aceite para aderezar ensaladas, pues les dará un gusto excelente

Adobar la carne

Introduce los filetes en una bolsa de plástico junto con el adobo, ciérrala herméticamente y da varias vueltas a la bolsa. De esta forma, todos los trozos de carne se adobarán por igual.

Aguacate

Aguacate. Cuando quieras consumir solamente la mitad de uno, pártelo en vertical y guarda en el frigorífico la mitad sobrante, con unas gotas de limón por encima. De este modo podrás mantenerlo unos días más sin que su carne se oscurezca ni pierda el sabor

Prepara en pocos minutos una deliciosa salsa de aguacates que podrás utilizar para acompañar entremeses y carnes frías. Para ello, escoge un aguacate maduro, mezcla la pulpa con un poco de zumo de limón y una cucharada de mostaza fuerte. Además de estar realmente sabrosa, esta salsa tiene menos calorías que la mahonesa

¿Has comprado varios y quieres que se conserven en perfectas condiciones algunos días más de los habituales sin que se estropeen ni se pongan negros? La solución es muy sencilla: cúbrelos con harina y déjalos así, pero recuerda, siempre fuera de la nevera. Estarán perfectos.

Al horno

Prueba a espolvorear el pescado que vayas e meter en el horno con un poco de pan rallado y vierte sobre él un chorrito de mantequilla fundida. Luego ya puedes hornear como lo hagas siempre. Quedará más crujiente.

¿Vas a hacer pollo, pavo o cualquier otra ave asados? Introduce media cebolla en su interior antes de meterla en el horno. Quedará más jugosa.

Para conseguir que el pescado al horno quede más sabroso y no se reseque, deberás untarlo con un poco de mahonesa en lugar de hacerlo con aceite, como suele ser habitual. Además, con este sencillo turco conseguirás realzar su sabor.

Al rico queso

Para que el queso se conserve en perfecto estado, tierno y sin coger sabores extraños, pon unos terrones de azúcar dentro de la quesera.

Albóndigas jugosas

Cuando quieras hacer albóndigas y quieras que te salgan mucho más jugosas que de costumbre, sólo tienes que cocer una patata, hacerla puré y mezclarla muy bien con la carne picada. Luego, sigues el mismo proceso que de costumbre y verás que cambio tan maravilloso.

Las albóndigas te quedarán completamente redondas y del mismo tamaño si introduces los montoncitos de carne picada, uno a uno, en un vaso pequeño y luego lo agitas unos segundos. No te mancharás y verás cómo saldrán perfectas.

Quedarán más suaves si en lugar de poner pan rallado o un poco de harina en la pasta de carne se les añaden unas cucharadas de copos de puré de patatas

En lugar de añadirles huevo, prueba a echarles un chorrito de aceite de oliva. Con este truco evitarás que las albóndigas se pongan demasiado duras en la cocción.

Alcachofas

Para que las alcachofas no se oscurezcan al cocer, hay que añadir un chorrito de limón al agua.

Cuando compres alcachofas y no vayas a consumirlas en el día, ponlas en un recipiente con agua como si se tratara de un ramo de flores. Te aseguro que se mantendrás frescas algunos días más de los que esperabas.

Las alcachofas te quedarán muy tiernas si en el momento de ebullición añades medio vaso de agua fría en el que hayas diluido una cucharadita de harina. Cuando el agua empiece a hervir de nuevo, introduce las alcachofas.



Alioli

Al preparar esta deliciosa salsa a base de ajo y aceite, añade unas gotas de agua mientras incorporas el aceite. Lograrás que se emulsione mucho mejor y estará deliciosa

¿Quieres sorprender a tus invitados con una salsa alioli mucho más suave y cremosa que de costumbre? Es muy sencillo; sólo tienes que añadirle una clara de huevo batida a punto de nieve cuando ya la tengas preparada. Te aseguro que queda perfecta y su sabor no variará para nada.

¿Te encanta, pero no lo tomas porque te molesta mucho que luego te repita el ajo? Si quieres conseguir que la próxima vez que la prepares esto no vuelva a suceder, no tienes más que añadir un poco de pimienta negra al elaborarla.

Almejas sin tierra

La mejor manera de limpiar las almejas, y que luego no nos encontremos con sorpresas desagradables, es espolvorearlas con sal gorda y dejarlas reposar unos 30 minutos. Después, lávalas con agua y procede a cocerlas.

Ya sabemos que las almejas suelen tener tierra en su interior. Para hacer que la expulsen por completo, sólo tienes que meterlas en un recipiente con agua y un chorrito de vinagre antes de cocinarlas. Ellas solas se limpiarán.

Alubias más digestivas

Las alubias son más digestivas si se tira el primer agua de la cocción y se sustituye por agua fría con unas cucharaditas de aceite. Para que queden más tiernas, ponlas en remojo con una punta de bicarbonato y añade otro poco de bicarbonato en el agua de la cocción. Quedarán suaves, suaves.

Arroz a punto

Si una vez terminada la paella se retrasan tus invitados, pon sobre la paellera ya retirada del fuego una servilleta empapada en zumo de limón. No sólo se conservará el arroz suelto, sino que tomará mejor sabor.

Un arroz pasado puede arruinar cualquier receta, por deliciosa que sea. Para que esto no te ocurra nunca más, una vez que ya lo hayas cocinado, colócale encima una hoja de periódico como si fuera una tapadera. Te aseguro que no se pasará. Haz la prueba y verás.

Arroz blanco

Si siempre que haces arroz blanco te queda apelmazado prueba con esto: echa unas gotas de limón al agua de la cocción. Quedará suelto y blanco.

Desmoldar el arroz blanco para darle una presentación bonita no siempre es sencillo, por mucho cuidado que pongamos. Pues bien, antes de echarlo en el molde (taza, bol u otro recipiente), pásalo por el chorro de agua fría.

Arroz con leche.

Arroz con leche. Si esperas a echar el azúcar cuando el arroz esté ya cocido, los granos se hincharán muchísimo más.

Si te gusta este postre pero no lo sueles hacer porque siempre se te queda pegado el arroz en la cazuela, pon en práctica este sencillo truco: durante la cocción, mete dentro del recipiente una canica de las que tienen tus hijos para jugar. Ya no se pegará. ¡Acuérdate de quitarla antes de servirlo!

Si no tienes canela en rama para la elaboración de un rico arroz con leche, puedes sustituirla por dos o tres clavos en especia



Arroz más suelto

Para que el arroz quede suelto hiérvelo primero en agua durante 5 minutos, lo escurres, lo lavas con abundante agua fría y a continuación, lo preparas como de costumbre

Para que el arroz no se pegue al caldero, hay dos soluciones: añadir unas gotas de limón a la cocción o colocar un trapo mojado, debajo, mientras reposa.

Arroz pegado

Si has hecho una paella y se te ha pegado un poquito el arroz por debajo, lo que tienes que hacer es poner un buen puñado de sal de cocina sobre una plancha o mesa de mármol y poner la paella encima durante un par de minutos.

Si se te ha quemado un poco el arroz o se ha pegado al fondo de la paellera, pon ésta encima de una bayeta mojada y, sobre el arroz, una buena corteza de pan. Tápalo y espera alrededor de cinco minutos. Pasado este tiempo, el arroz estará como si no hubiera pasado nada.

Asado con miel

¿Vas a asar un trozo de carne y quieres que tenga un aspecto impresionante? Antes de meterlo en el horno, cubre toda la superficie con una gruesa capa de miel y, cuando lo saques, tendrá un envidiable aspecto y un sabor realmente especial que encantará a todos los comensales.


Asado en su punto

Introduciendo un cazo con agua dentro del horno cuando el guiso se esté quedando crudo por dentro y quemado por fuera, lograrás igualarlo y obtendrás un asado perfecto y delicioso.

Para que tu asado de carne quede mucho más jugoso y haga las delicias de los comensales, antes de introducirlo en el horno, hiérvelo durante un ratito en agua salada con unos granos de pimienta negra y una ramita de hierbas aromáticas.

Asados dorados y muy crujientes

¿Te gusta preparar en estas fechas un exquisito cordero asado? Para que te quede mucho más dorado y crujiente no tienes nada más que echar un poquito de azúcar sobre la superficie. Su sabor no cambiará y su aspecto será mucho más apetecible

Azúcar suelto

En muchas ocasiones, el azúcar se apelmaza dentro del azucarero, formando bolitas. Pero ya puedes evitarlo; sólo tienes que introducir unos trocitos de corteza de naranja. Verás como el azúcar estará siempre suelto y listo para servir. Además, le dará un aroma muy agradable.

Bacalao

Para desalar bien el bacalao hacen falta 48 horas. Para que quede en su punto, el truco consiste en cambiar el agua por leche a las 24 h. Añade a la leche medio diente de ajo.

Bacalao. Quizá te parezca una tontería, pero la mejor forma de quitarle toda la sal consiste en ponerlo en remojo con la piel hacia arriba.

¿Tienes prisa por desalar el bacalao? Pon en el agua un buen trozo de pan. La miga se encargará de absorber con mayor rapidez el exceso de sal.

Barbacoa.

Si quieres que las brasas duren más tiempo encendidas, echa dos puñados de sal gorda cuando el fuego esté bien vivo.

Bechamel

Para que a la bechamel no le salgan grumos y resulte más fácil hacerla, sólo tienes que ablandar la mantequilla al fuego, añadir la harina y luego retirar el cazo del fuego para añadir la leche. Después, sólo queda volver a poner el cazo a fuego vivo. Comprobarás que ahorras mucho tiempo.


Berberechos sin tierra

Para quitarles toda la tierra a los berberechos debes ponerlos en una bolsa de rejilla de las que vienen con las navajas. A continuación, llena una olla con agua e introdúcelas dentro, pero sin que toquen el fondo. De esta manera se abren y sueltan toda la tierra que puedan contener

La arena de los berberechos y otros moluscos se elimina con mucha facilidad si en lugar de lavarlas con agua normal, lo haces con agua que hayas saturado con sal de la que usas en la cocina normalmente. Pruébalo

Berenjenas fritas

Para que las berenjenas no queden aceitosas, yo los pongo en sal con un chorrito de vinagre antes de echarlas a la sartén. Quedan crujientes y riquísimas.

Para que las berenjenas te queden jugosas sin que por ello tengan que estar demasiado grasientas, rebózalas con una pasta a base de harina y un chorro de gaseosa. Ni te imaginas lo ricas que quedan. Pruébalo.

Berenjenas. Las cortas en rodajas y las pones en un plato con leche durante un buen rato. Las escurres, las pones sal y pimienta, las pasas por harina y huevo y las fríes.

Vas a rebozarlas, pero no quieres que luego te queden demasiado aceitosas? Haz una pasta con agua, harina y levadura, reboza las berenjenas en esta pasta y fríelas como lo hagas siempre. No quedará ni un agota de aceite ni variará su sabor.

Si quieres que las berenjenas fritas o rebozadas no empapen tanto aceite, media hora antes de prepararlas pon las rodajas en un poco de agua con sal. Luego, sécalas bien y rebózalas como lo hagas habitualmente.

Besamel

Besamel sin costra. La conservarás bien en el frigorífico, si la cubres con papel vegetal untado de mantequilla. Verás como no se endurece la superficie y está más sabrosa.

Conozco un remedio infalible para preparar una exquisita besamel sin que se forme un solo grumo. Consiste en darle vueltas con una patata cruda pinchada en el tenedor, desde el momento en que empieza a hervir hasta que esté definitivamente hecha.

Besamel suave. Te quedará fina y sin grumos si pones la harina con un poco de mantequilla y añades la leche aparte y muy poco a poco. Le darás un toque personal si cueces la leche con verduras.

Bizcocho

¿Te quedan siempre más elevados por el centro y la presentación no es tan buena como desearías? Conseguirás evitarlo clavando un macarrón, a modo de chimenea, en el centro de la masa antes de meterlo en el horno. El vapor escapará e impedirás que la superficie quede irregular. Cuando ya esté hecho, quita el macarrón y tapa el agujerito que queda con la decoración que más te guste.

Te has quedado sin huevos y quieres hacer un bizcocho... Puedes sustituir cada huevo por un vasito de leche al que hayas añadido una cucharada de vinagre. Te aseguro que te saldrá estupendo.

Bocadillos

Cuando quieras pasar un día de campo y lleves bocadillos para comer, no olvides envolverlos primero en una servilleta de papel y luego con papel de plata. Evitarás que el pan se quede correoso y estará tan crujiente como cuando los preparaste. ¡Y a disfrutar del picnic!

Boquerones blancos

Al preparar los boquerones en vinagre, añade unas gotas de agua oxigenada. Se ponen más blancos, más duros y se tarda menos

Para que los boquerones en vinagre te queden muy blancos, límpialos como lo hagas siempre, pero en vez de meterlos directamente en vinagre, déjalos una media hora en agua fría.

Café aromático

Si deseas probar un café diferente, seguro que te sorprenderás si pruebas este truco: una vez que la cafetera esté llena de café y dispuesta para prepararlo, coloca encima un gajo de naranja. Conseguirás un sabor aromático y muy refrescante.

El café molido conservará todo su aroma si lo dejas en un bote de cristal con cierre hermético y lo guardas habitualmente en el frigorífico. Haz la prueba. Te aseguro que estará siempre como si lo acabaras de comprar.

Calabacín rebozado

Cuando hagas calabacines rebozados, añade, junto a la harina, un pellizco de bicarbonato. Te quedarán más crujientes y sabrosos

Para evitar que los calabacines absorban demasiado aceite y resulten grasientos, hay que dejarlos un par de horas en un colador con sal gorda. Puedes utilizar el mismo truco para verduras semejantes, como por ejemplo las berenjenas.

Calamares muy crujientes

Cuando desees que los calamares te queden dorados y muy crujientes, echa en la levadura, cuando vayas a rebozarlos, una pizca de colorante. Verás qué aspecto tan apetitoso y qué sabor tan bueno tienen una vez fritos.

Seguro que deseas que los calamares te queden muy tiernos y jugosos. Una vez limpios ponlos a remojo en leche y déjalos así unas dos o tres horas.

Caldo

Seguro que te encanta el caldo y lo haces con frecuencia, sobre todo ahora que ya empieza a apetecer tomar algo calentito. Pero algunas veces no queda con la textura deseada. Si el problema es que te ha quedado demasiado caldoso, no te preocupes, sólo tienes que echar la cáscara de una cebolla y dejar hervir hasta que espese. Te aseguro que es un remedio infalible, económico y muy rápido

Para que el caldo de tu puchero sea más claro, añádele una clara de huevo. Déjalo reposar durante una hora, y pasa el caldo por un tamiz forrado con un paño muy fino. También puedes utilizar un filtro de café.

Si quieres que los caldos, ya sean de pescado o de carne, te queden con un color claro, blanquecino, sólo tienes que añadir un chorrito de leche al terminar la cocción. Quedarán estupendos.

Canelones

Canelones. Si quieres que se mantengan perfectos y no se peguen entre sí hasta el momento de rellenarlos, ponlos en un recipiente con agua fría después de hervirlos al dente.

Añade a la besamel, junto a la leche y la harina frita, unas lonchas de queso para fundir. Su sabor estará mucho más rico y todos se chuparán los dedos

Caramelo líquido

Para que no cristalice y el caramelo quede bien líquido, añade al agua y al azúcar zumo de limón. Tienes que echar más limón que agua. Quedará perfecto

Añade una pequeña porción de mantequilla al caramelo que estés preparando. Te aseguro que, si lo mezclas muy bien, evitarás que se solidifique y durará líquido todo el tiempo que necesites, incluso guardándolo en el congelador.


Carne dura

Si crees que los filetes que vas a cocinar están un poco duros, un par de horas antes de freírlos, úntalos con una mezcla de aceite y vinagre. Lo comerás perfectamente tierno

Carne empanada

Seguro que te ha pasado más de una vez. ¿Al freír la carne empanada se desprende casi todo el pan rallado? La solución es muy sencilla: debes pasar el filete primero por la harina, luego por el huevo y, finalmente, por el pan rallado. Verás que así no se suelta y quedan perfectos.

Carne fresca

Nada más regresar a casa de la compra, unta la carne con aceite de oliva, envuélvela en papel de aluminio y métela en la nevera. Se conservará fresca y jugosa durante mucho más tiempo

Carne guisada

Si en mitad de la cocción necesitas echar un poco más de agua en un guiso de carne, añádela con cuidado sobre la salsa y no directamente sobre la carne. De esta forma, evitarás que se endurezca mucho.

Carne rebozada.

Al rebozar filetes, haz más de los necesarios. Fríes normalmente los que vayas a utilizar y los que sobren los pasas un minuto por la sartén, justo hasta que empiece a dorarse el pan rallado, y los congelas aún calientes. Cuando los necesites sólo tienes que freírlos sin descongelar y así ahorrarás huevos, pan rallado y tiempo.

Carne tierna

Si has de guisar una pieza de carne y es algo dura, úntala bien con bicarbonato y déjala así unas cuantas horas. Luego lávala antes de cocinarla

Casi siempre hay que dejar cocer la carne mucho tiempo para que luego esté tierna. Pero si tienes prisa, añade al agua de la cazuela un chorrito de sifón o de cerveza. El proceso se acelera y la carne queda muy tierna y sabrosa.

Antes de congelar los filetes úntalos con un poco de aceite por ambos lados. De esta forma no se pegarán entre ellos y podrás sacar y descongelar sólo los que necesites

La carne del guiso te quedará más tierna sin necesidad de tenerla durante mucho tiempo cociendo en la olla si le añades un chorrito de coca-cola en el caldo de la cocción


Cáscaras de limón

Cáscaras de limón. No las tires. Si las congelas te pueden servir para hacer ralladura siempre que la necesites.

Cáscaras de plátano

Si tus plantas han perdido el brillo que les caracterizaba, ponles en la tierra cáscaras de plátano trituradas. Son un aporte nutritivo perfecto, ya que contienen los minerales necesarios para su crecimiento.

Cebolla

Si cuando haces tortilla se te suele quemar la cebolla, échale azúcar al freírla. No se quemará ni tendrá sabor dulce.

Para que la cebolla no te haga llorar al cortarla, introdúcela unos minutos antes en el congelador.

Quieres preparar una ensalada, pero no te atreves a añadir cebolla porque te resulta demasiado fuerte? Aquí tienes la solución: córtala y déjala al menos durante diez minutos completamente cubierta de sal. Después, sólo tendrás que aclararla bajo el grifo y servirla.

Podrás evitar el olor a cebolla en las manos si, una vez que hayas terminado de cortarla, te las frotas con un poco de perejil seco. Te aseguro que éste es un método infalible.

Córtalas por la mitad y úntalas por la parte expuesta al aire con mantequilla, las cebollas te durarán más tiempo frescas.

Cerezas duraderas

Cerezas duraderas. ¿Las has comprado demasiado pronto y ahora quieres que te duren unos cuantos días sin estropearse? Mételas en una bolsa de plástico a la que habrás hecho agujeritos previamente para que circule bien el aire. Te aseguro que con este sistema te durarán, por lo menos, una semana

Champiñones

Generalmente, cuando se cocinan los champiñones, se ennegrecen un poquito; no te pasará más si añades al guiso una o dos rodajitas de limón.

Cuando tengas invitados y quieras presentarles unos champiñones blancos y consistentes, lo primero que tienes que hacer es rociarlos con un poco de limón antes de cocinarlos y, para ello, utilizar mantequilla en lugar de aceite.

Resultarán mucho más sabrosos y tiernos si, antes de hacerlos, los dejas durante unos minutos bien cubiertos con aceite de oliva.


Claras a punto de nieve

Si tienes necesidad de montar claras y has de hacerlo manualmente, añádeles unas gotitas de vinagre cuando ya estén un poco blancas. Verás cómo tardan menos en levantarse y quedan mucho más firmes

Al batirlas, quedarán mucho más firmes añadiendo un pellizco de bicarbonato.

Cocer las judías verdes

Cocer las judías verdes es muy sencillo, pero si quieres que te queden tan verdes y bonitas como recién cogidas añade una cucharadita de bicarbonato durante la cocción; te sorprenderás del resultado.

Cocer pescado

Sabes cómo puedes conseguir que el pescado cocido quede mucho más blanco que de costumbre? Pues de una forma tan sencilla como es añadiendo un poquito de leche al agua donde vayas a hacerlo. Te aseguro que la presentación será impecable, y todos te felicitarán.

Cocer verduras distintas

Si debes cocer dos tipos distintos de verduras, haz paquetes separados con papel de aluminio y cuécelas al mismo tiempo en un solo recipiente; ahorrarás tiempo, dinero y limpieza.

Si quieres evitar el mal olor que dejan en toda la casa las verduras al cocerlas (sobre todo la coliflor y el repollo), no tienes nada más que echar en la olla donde las estés haciendo una corteza de pan.

Si no quieres que la coliflor huela tanto, no tienes más que poner sobre la tapa de la olla una corteza de pan empapada en vinagre. Problema resuelto

Para que la coliflor quede más blanca añade al agua medio vaso de leche.

Comida quemada

Si un día se te pega la comida: pon rápidamente el recipiente dentro de otro de mayor tamaño que contenga vinagre puro. Déjalo así un rato; ya verás cómo la comida recuperará en seguida su sabor y su olor normales.

Comida salada

Comida salada. La mejor solución es atar varios palillos para que hiervan con la comida durante 5 minutos y después sacarlos. Seguro que quedará solucionado el problema.

¿Se te ha ido la mano a la hora de echar sal en la comida? Para remediarlo, añade antes de terminar la cocción unas rodajas de patata. En dos o tres minutos, la patata habrá absorbido la sal sobrante y el guiso quedará en su punto justo. El número de rodajas dependerá de la cantidad de guiso que tengas en la olla.

Con un corte perfecto

Tanto los quesos blandos y muy cremosos como los que están algo más duros, pero no demasiado, son difíciles de cortar bien porque el cuchillo se queda pegado al queso y más que cortar, rompe. Para conseguir que se deslice por el queso fácilmente y sin ningún esfuerzo no tienes más que tomar la precaución de untar antes su hoja con un poquito de aceite. Verás como funciona.

Congélalo tú misma

Si eres de las que normalmente preparas comida para congelar, conviene que no sazones los alimentos, ya que la sal acorta el tiempo de conservación. Es preferible que eches la sal una vez descongelado, justo antes de consumirlo.

La mejor manera de congelar filetes, rodajas de pescado, trozos de carne, pollo, etc., es colocarlos en el congelador extendidos en una bandeja de plástico sin que se toquen entre sí, tapados con un plástico limpio. Cuando estén congelados se sueltan fácilmente y se guardan en bolsas etiquetadas, así se puede disponer de las raciones que se desee sin que se hayan pegado

Antes de la congelación de la carne, embadurna los filetes con un poco de aceite por ambos lados y cuando quieras descongelarlos se separarán con facilidad.

Lo ideal es consumir los mariscos frescos, recién comprados; pero si los compras unos días antes de comerlos debes congelarlos. Para ello es imprescindible cocerlos previamente. El día que vayas a tomarlos sólo tienes que sacarlos del congelador y esperar a que se descongelen. Verás cómo no pierden apenas el sabor que tendrían frescos y además estarán listos para tomar.

Conservación de alimentos cocinados

Nunca dejes alimentos cocinados más de 30 minutos a temperatura ambiente; deben alcanzar los 4ºC en dos horas. Para que se enfríen rápidamente después de cocinarlos, ponlos en recipientes planos y amplios.

Conservar la cerveza

A veces, compramos botellas grandes de cerveza, no las terminamos y, aunque las volvamos a cerrar, terminan perdiendo toda su fuerza. Para evitarlo, bastará con cerrar bien la botella e introducirla boca abajo en el frigorífico. Notarás la diferencia.

Conservar las legumbres

Las legumbres se conservan durante períodos de tiempo muy prolongados si se guardan en un recipiente de cristal con varios dientes de ajo dentro. Pruébalo y verás qué fácil.

Copos de puré en las salsas

Las salsas te quedarán muy suaves y mucho más sabrosas si utilizas unos copos de puré instantáneo al hacerlas.

Cortar sin cuchillo

Cuando vamos a cortar un bizcocho por la mitad para meter el relleno, solemos tener problemas, porque con el cuchillo lo destrozamos. Y es que lo mejor para cortarlo no es el cuchillo, sino un simple hilo de nailon. Se controla mucho más fácilmente y el corte sale más limpio. Este truco puedes utilizarlo también para cortar los huevos duros. Pruébalo; quedarán perfectos

No tendrás dificultad para cortar las tartas si antes calientas la hoja del cuchillo con un poco de agua caliente.

Croquetas

Croquetas. Si quieres que queden realmente sabrosas y mucho más suaves de lo que quedan habitualmente, no tienes más que incluir un par de quesitos en la masa junto con el resto de los ingredientes con que las hagas en otras ocasiones. Seguro que te chuparás los dedos... y los demás también.

Croquetas. Si a la hora de hacerlas la pasta te ha quedado demasiado líquida, espésala añadiendo un par de cucharadas de puré del que ya viene preparado en sobres. Quedará delicioso.

Sólo tienes que hacerlas en el horno en lugar de freírlas. Estarán igual de ricas y no te proporcionarán apenas calorías.

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Cuando se corte la mayonesa

Cuando se corte la mayonesa y no haya forma de ligarla, ¡no la tires! Introdúcela en la nevera y déjala reposar unas horas. Te asombrarás

Para aprovechar la mayonesa que se ha cortado, sólo tienes que añadir una cucharada de agua fría, dejar reposar aproximadamente un minuto y, a continuación, seguir batiendo. Verás cómo al final cuaja.

Desmoldar con facilidad

Si un bizcocho se resiste a salir del molde, cubre éste con un paño limpio plegado en cuatro y colócalo sobre una superficie fría (la encimera de mármol o la pila). Al cabo de unos minutos, el bizcocho saldrá sin dificultad.

Si esperas a que esté frío y has tenido la precaución de untar el molde con mantequilla y harina, saldrá sin ningún problema

Desmoldar gelatina

Antes de echar la gelatina en el molde, aclara con agua fría y luego úntalo con aceite. No sólo se desmoldará con más facilidad, sino que el molde quedará mucho más limpio.

El aliño de la ensalada

Hay personas que echan el aliño de las ensaladas al mismo tiempo y, sí, queda bien, pero queda muchísimo mejor si disuelves la sal en el vinagre antes de añadir el aceite, porque en éste, la sal no se diluye. Una vez mezclados los tres ingrediente, los añades a la ensalada y sabrá buenísima.

El perejil no se te estropeará

El perejil no se te estropeará si lo lavas, lo dejas secar y lo picas muy finito cuando ya está seco. Después lo guardas en el congelador dentro de una bolsa de plástico y cuando lo necesites estará como si fuese fresco.

Embutido.

Los embutidos que vienen en bolsas envasadas al vacío suelen pegarse y romperse al intentar sacarlos. Para que esto no ocurra hay una solución fácil y rápida: pasa el paquete debajo del chorro de agua fría antes de abrirlo.

Para evitar el moho en los embutidos y dejar sus pieles limpias, sólo tienes que pasarles un paño empapado en agua y sal

Siempre es mejor cortar los embutidos justo antes de servirlos, pero si por cualquier motivo tienes que prepararlos con cierta antelación, córtalos, colócalos en una bandeja y cúbrelos con un paño de algodón ligeramente humedecido. Se mantendrán perfectos hasta que llegue la hora de comerlos.

Empanados

Para un empanado perfecto, lo mejor es rallar pan tostado, de los que utilizas para los canapés. Tanto la carne como el pescado quedarán crujientes y mucho más sabrosos.


Ensaladilla.

Las patatas para la ensaladilla rusa no se desharán si en el agua en que vayas a hervirlas echas unas gotas de vinagre. De esta manera no se convertirán en puré cuando les des vueltas.

¿Quieres que la ensaladilla rusa que preparas en casa te resulte más ligera? Rebaja la mahonesa mezclándola con un yogur natural y obtendrás el mismo sabor con muchas menos calorías. Pruébalo.

Espaguetis

Al preparar un plato de pasta (espaguetis, cintas...) muchas personas añaden orégano. Si quieres que quede con mucho mejor sabor, no eches el orégano sobre el plato; muélelo y échalo en el agua de cocción.

Si quieres saber cuándo están en su punto los espaguetis que estás haciendo, a los ocho minutos aproximadamente de estar cocinándolos saca uno y tíralo con fuerza contra los azulejos de la cocina. Si se queda pegado, retíralos inmediatamente del fuego, porque eso quiere decir que ya están listos para comer o preparar como quieras; pero si, al contrario, se resbala, déjalos cocer un poco más, porque todavía no están hechos del todo. ¡Pruébalo!

Para que la pasta quede realmente en su punto, cuando esté hecha hay que cortar la cocción bruscamente agregando un gran vaso de agua fría. Después, ya puedes escurrir como lo haces siempre

Cuando cueces pasta, lo normal es que el agua termine saliéndose del recipiente. Para que esto no ocurra, añádele un poco de mantequilla o un chorrito de aceite. Evitarás que se peguen entre sí.

Espinacas

A la hora de preparar las espinacas puedes mejorar su sabor si añades una pizca de azúcar al agua de cocción. Quedarán mucho más sabrosas.

Si te encantan las espinacas, echa un chorro de limón en el agua; además de disfrutar de su color verde intenso, evitarás que se pierdan todas las vitaminas que contiene y otras propiedades nutritivas.

Evitarás la flatulencia

Evitarás la flatulencia que producen ciertas verduras y legumbres si al cocerlas les añades un poco de comino.


Freír morcilla sin que se rompa

Para que no se te rompa la morcilla al freírla, basta con que le pases por un poco de harina antes. Te quedará entera, bien presentada y resultará más crujiente.

Fruta fresca

Cuántas veces habremos ido a coger una pieza de verdura del frigorífico y nos hemos encontrado con que, a pesar de no llevar mucho tiempo allí, se ha estropeado. Para evitarlo, puedes poner servilletas de papel en el fondo de la caja donde las pongas. Absorberán toda la humedad y se mantendrán perfectas.

Las frutas y las verduras se conservarán frescas durante más tiempo si cubres el cajón de la nevera donde las guardas con hojas de papel de periódico.

Si en el mercado has llenado la cesta con fruta aún un poco verde y quieres que madure lo antes posible, envuélvela en un paño húmedo y métela en una bolsa de papel. Te sorprenderá la rapidez con que madura.

Frutos secos

Frutos secos. Si quieres que se te conserven en perfectas condiciones, tan crujientes como el primer día, guárdalos en un frasco de cristal con una piel de naranja o de limón.

Galletas crujientes

Para que las galletas siempre estén crujientes, no tienes más que introducir en el bote donde las guardes un trocito de pan y dejarlo allí hasta que se acaben las galletas y laves el bote. Te aseguro que estarán siempre perfectas para hincarles el diente

Para conservar las galletas frescas y crujientes, no tienes más que poner dos terrones de azúcar en el envase o en la caja donde las tengas guardadas. Así disfrutarás siempre de unas galletas exquisitas.

Gambas brillantes

Las gambas cocidas quedan de exposición si las hierves con agua en la que hayas echado sal al gusto, un poquito de pimienta molida y una o dos hojas de laurel. Cuando el agua empiece a hervir, añade un chorro de vinagre. Luego, pásalas por agua fría. Quedarán perfectas y con un sabor realmente exquisito.

Para que las gambas que vas a cocer en casa tengan un precioso color sonrosado a la hora de servirlas, añade un trozo de cebolla con piel al agua de la cocción.

Garbanzos

Si se te olvida con frecuencia poner los garbanzos en remojo, utiliza el siguiente sistema de conserva: pon en remojo los garbanzos como de costumbre, cúbrelos con sal y déjalos durante doce horas. Después escúrrelos, enjuágalos y mételos en bolsas de plástico. Termina introduciéndolos en el congelador. Cuando vayas a preparar un cocido, no tendrás más que descongelar, sin remojo previo.

Cuando quieras que tus garbanzos queden tiernos a la vez que enteros, sólo tienes que añadir al agua en la que los pongas en remojo un puñado de sal. Luego, ¡a cocer y a comer!

Guisos socarrados

Si se te ha quemado un poco el guiso, moja un paño de cocina con agua y ponlo sobre la cazuela. Déjalo unos minutos y sácalo a la mesa. Nadie notará olor ni sabor a comida socarrada.

Huevos cocidos

¿Quieres que se pelen bien? Cuando vayas a echar los huevos a cocer, añade en el agua un buen puñado de sal fina de la que utilizas habitualmente al cocinar. Seguro que notarás la diferencia, si además añades un chorro de vinagre se centrará la yema y en el caso de que se rompan no se saldrá la clara.

Si una yema de huevo duro tiene cierto color verdoso es porque está demasiado cocida. Esto suele ser un inconveniente, sobre todo, si lo vas a presentar en una mesa de invitados. Pero puedes solucionarlo rociando la yema con unas gotitas de limón. Quedará perfecto.

Para que la tortilla o los huevos revueltos te queden más suaves y esponjosos, échales un poquito de nata. La proporción es la de una cucharadita de nata por cada huevo. Te quedarán deliciosos.

Huevos fritos

¿Quieres servir unos enormes y vistosos huevos fritos? Separa la yema de la clara y bátela un poco sin llegar a montarla del todo. Échala en la sartén y, en seguida, pon la yema en el centro y echa encima aceite muy caliente.

Freír huevos se convierte a veces en el peor momento del día porque el aceite salpica mucho. Echando un poquito de harina nada más empezar a calentar el aceite evitarás todo riesgo de quemaduras.

Jamón serrano

El jamón serrano lo tendrás siempre a punto para hacer frente a cualquier imprevisto si lo cortas muy finito, lo envuelves en papel transparente y lo congelas. Su descongelación es rápida y estará como recién comprado.

A veces no nos acordamos de que tenemos jamón en la nevera y se nos queda un poco reseco y, desde luego, con un sabor muy fuere. Para solucionar este trastorno existe una solución tan sencilla como eficaz: pon las lonchas sobre vapor de agua durante tres o cuatro minutos y ¡ya está!


Kiwis demasiado verdes

Si los compras demasiado verdes y quieres utilizarlos rápidamente, mételos en una bolsa de plástico junto con una manzana o una pera. Al día siguiente podrás degustarlos en perfecto estado de madurez.

Lechuga fresca

La lechuga te durará más tiempo si nada más comprarla separas todas las hojas, las lavas de una en una bajo el grifo de agua fría, las dejas escurrir, las secas con papel de cocina y las guardas dentro de una bolsa (sacándole bien todo el aire) en la parte baja de la nevera sin poner nada sobre ella. Además de conservarla mejor, la tendrás ya lista para servir simplemente con trocearla al tamaño que te guste.

Lechuga fresca. Si se te ha quedado un poco mustia, mójala con agua fría, envuélvela en un paño de cocina y métela en la nevera durante una hora. Pasado este tiempo, estará tan fresca como si estuviera recién comprada.

Para limpiar la lechuga no hay nada mejor que ponerla en remojo durante 15 minutos en agua fría con una cucharada de vinagre o, si lo prefieres, agua fría con una cucharada de sal de la que usas normalmente en la cocina. No quedará ni un bichito

Legumbres

Para que tus platos con habas o judías blancas resulten más digestivos, pon las legumbres en remojo con agua y unas hojas de laurel o tomillo. Así quedarán más ligeras.

A mí siempre me sucede, cuando hago un potaje de garbanzos, que la piel se suelta con facilidad y queda fatal. Pero he descubierto que para que esto no suceda tienes que añadir la sal justo un momento antes de retirarlo del fuego. Además, este truco sirve para cualquier tipo de legumbre. Pruébalo tú misma y verás qué diferencia.

Lombarda

Lombarda. Para que durante la cocción no pierda su característico color morado, añade al agua donde vayas a hervirla una cucharada de vinagre.

Mahonesa

Cuando se te corte la mahonesa, prueba este sencillo truco para solucionarlo: añade unas cucharadas de agua fría y sigue batiendo. Seguro que cuaja y se vuelve, de nuevo, consistente. Te ahorrarás tener que prepararla de nuevo y quedará como siempre

Si te gusta la mahonesa, hazla más ligera. Tan sólo tienes que mezclarla con yogur natural desnatado. No cambiará su sabor en absoluto.

Si se te ha cortado la mahonesa, hierve una cucharada de vinagre y mézclala con un poquito de la mahonesa cortada. Cuando esté bien amasada, añade el resto y mézclalo bien.

Mejillones

A veces no compramos mejillones frescos por no tener que limpiarlos luego. Aquí tienes la solución: frota las conchas bajo el grifo con una esponja de níquel. Te aseguro que se limpiarán con suma facilidad. Prueba y verás.

Cuando prepares mejillones, no tires el líquido que resulta de su cocción. Fíltralo, repártelo en uno o varios cubiteras para hacer cubitos de hielo y mételos en el congelador. Úsalos para hacer caldo.

Mejillones. Cuando los vayas a hacer al vapor, ganarán mucho sabor si les añades un vasito de vino blanco y unos cuantos ajos cortados en rodajas. Seguro que tus invitados quedarán encantados.

Miel

La miel se solidifica. Para mantenerla líquida sólo tienes que introducir en el tarro una zanahoria bien limpia. En pocos días estará perfectamente, aunque la guardes en el frigorífico.

Mostaza.

Mostaza. ¿Se ha quedado un poco seca? Volverá a ponerse rápidamente como nueva si la mezclas con unas gotas de aceite de oliva y vinagre con una pizca de sal. No sólo quedará cremosa, sino que ganará mucho en sabor.



Nata

Cuando montes nata líquida para algún postre que lo necesite, no olvides meter el recipiente donde la vayas a hacer en el congelador unos minutos

Verdad que cuando la nata montada no se mantiene estropea el plato? Impide que esto ocurra. Es sencillo: sólo hay que añadir a cada taza de nata ya montada una cucharadita de gelatina en polvo. Quedará siempre alta, con buen aspecto y como recién hecha

Para que quede perfecta conviene que el recipiente donde vayas a preparar la nata montada esté muy frío e impregnado previamente con zumo de limón. Subirá antes y tendrá un sabor exquisito.

Pan

Pan congelado. Para descongelar se mete en el horno, a temperatura media, y poniéndolo en la parte baja un cacharro con un poco de agua. Se deja el horno entreabierto y cuando lo retiremos, estará como recién comprado.

¿Te has quedado sin pan? No te preocupes. Coge el del día anterior envuélvelo unos minutos en un paño mojado y mételo luego unos ocho o diez minutos en el horno, previamente calentado a unos 180 grados.

Cuando quieras que el pan no se ponga duro de un día para otro, introduce en la panera o en la bolsa de tela donde lo guardes una rama de apio.

Pan rallado y laurel

Para mantener el pan rallado bien seco, sobre todo si no te queda más remedio que guardarlo en un lugar con algo de humedad, introduce en el tarro una hoja de laurel. El resultado es espectacular.

Patatas

Sorprende a tu familia preparando unas riquísimas patatas fritas muy crujientes. Para ello, córtalas y ponlas una hora antes a remojo en agua abundante y un chorrito de cerveza

Patatas al horno. Cuando no tengas tiempo, primero debes dejarlas hervir un par de minutos en agua salada; luego, córtales un poco por cada lado, envuélvelas en papel de aluminio y... al horno. El proceso se acelerará y estarán deliciosas.

Antes de poner las patatas peladas en el agua hirviendo, hazle agujeros de lado a lado con un pincho de brocheta o con una aguja de hacer punto. De esta forma se cocerán mucho más deprisa.

En ocasiones, suele ocurrir que hemos pelado demasiadas patatas y luego no las necesitamos todas. No las tires. Evitarás que se pongan negras y se estropeen si las cubres con agua fría y echas unas cuantas gotas de vinagre. Guárdalas en la nevera y se conservarán unos tres o cuatro días.

Las patatas cocidas para ensalada absorberán menos aceite si, cuando todavía están limpias, les echas vino blanco. Aderézalas cuando estén bien impregnadas.

Para conseguir que las patatas no se rompan ni se agrieten al hervirlas y puedas presentar tus platos como el mejor de los cocineros, basta con añadir directamente unas gotitas de vinagre en el agua en la que las vayas a cocer, previamente sazonada. Sigue este sencillo consejo y seguro que tus guarniciones quedarán perfectas en la mesa.

Si te gustan las patatas fritas, pero no las comes por temor a engordar, aquí te doy un truco para poder comerlas sin una gota de grasa cuando quieras. Pon un papel de aluminio cubriendo la bandeja del horno y, con un pincel, extiende unas gotas de aceite y un poco de sal. Luego, mételas en el horno caliente con patatas congeladas, espera a que se tuesten, dales la vuelta y déjalas al gusto.

Pavo

Pavo más jugoso. Su carne resulta un poco seca, por eso, si has pensado ponerlo como plato principal en alguna de estas fiestas, antes de cocinarlo inyéctale vino blanco por distintas zonas con una aguja desechable.

Para saber si el pavo que vas a saborear con tu familia está hecho, introduce una aguja en el muslo. Si el jugo que sale es transparente, ya está en su punto, pero si es rosáceo, tendrás que dejarlo unos minutos más en el horno.

Si quieres que el pavo asado te quede con una sabrosa piel crujiente, no tienes más que untarlo con un poco de agua fría salada diez minutos antes de que termine de asarse y subir la temperatura del horno al máximo. ¡Verás cómo disfrutas!

Pepino

Pepino. Para que no te repita ni te siente mal en el estómago, antes de echarlo a la ensalada córtalo en rodajas, échales sal por encima y espera unos 10 minutos. Transcurrido este tiempo, escurre cada una de las rodajas y retira bien el agua que hayan soltado, porque ésta es precisamente la que hace que se repita.

Hay personas que no pueden tomar pepino porque dicen que les repite y hacen mal la digestión. Para que esto no vuelva a suceder, pela el pepino, espolvoréalo con sal y déjalo reposar durante una hora más o menos. Después, lo enjuagas y ya está listo para echarlo en la ensalada.

Perejil

Para tener el perejil siempre perfecto y a mano, pícalo, mételo en botes pequeños y guárdalos en el congelador. Puedes hacer lo mismo con otras hierbas o con limones en rodajas para cócteles y refrescos.

Pescadito frito

Muy crujiente, doradito y con la harina justa si preparas una sartén con bastante aceite y echas un puñado de harina y rápidamente un puñado de pescaditos. Al momento, verás que se unen ambas cosas quedando en su punto. Además, sin mancharte ni entretenerte.

Pescado

Siempre he tenido un problema y es que, cuando preparaba pescado a la plancha, se me deshacía y quedaba impresentable. ¿Sabes cuál es la solución? Antes de ponerlo en la plancha pásalo por harina. Y, para que no se pegue, pon la sal en la plancha y no en el pescado. Quedará enterito y sabroso.

Pescado al horno, para que el pescado quede más sabroso, úntalo con mahonesa en lugar de rociarlo con aceite. Acompáñalo con unas patatas a la panadera. Un exquisito bocado al que te resultará difícil resistirte.

Pescado cocido. No te olvides de agregar al agua un chorrito de vinagre; evitarás que se deshaga durante la cocción.

Una manera de que el pescado congelado parezca fresco y del día es descongelarlo en leche. Nadie notará la diferencia.

Antes de enharinar el pescado para hacerlo rebozado, sumérgelo en leche o cerveza. Te quedará mucho más sabroso.

Pescado. Para enharinarlo de una forma completa, rápida y limpia, mételo en una bolsa con harina dentro. Cierra la bolsa, agita y... listo.

Pimientos asados.

Antes de poner los pimientos al horno, frótalos con aceite. Luego se pelarán de maravilla.

Pelar los pimientos asados puede resultarte facilísimo si, al sacarlos aún calientes del horno, los pones en una cazuela, los tapas y los dejas hasta que se enfríen. Podrás quitar la piel como si fuera un guante.

Pimientos

Para que los pimientos (rojos o verdes) queden con más gusto, es recomendable freírlos con un tomate natural partido en cuatro trozos. No dejes que el tomate se queme, pues podría modificar el sabor de los pimientos.

Plátanos

Plátanos. Si quieres conservarlos varios días como recién comprados, envuélvelos en hojas de papel de periódico y guárdalos en la parte baja del frigorífico.

Pollo

Para que la piel del pollo quede bien dorada y crujiente al asarlo toma nota de este sencillo truco: frótala antes muy bien con sal, sin que se te olviden los pliegues. Luego, aplica con la ayuda de un pincel un poco de aceite de oliva o de mantequilla derretida. Parecerá que lo ha preparado un profesional.

Mezcla una pastilla de caldo de pollo concentrado con un poco de vino blanco y las especies que más te gusten. Luego, con la ayuda de una jeringuilla grande y una aguja gruesa, inyecta esta mezcla en el pollo antes de meterlo en el horno. Quedará riquísimo.

Si quieres que el pollo al ajillo te quede realmente exquisito a la vez que cambia un poquito el sabor que suele tener, mezcla muy bien unos cuantos ajos machacados, una pizca de sal, un poco de perejil y el zumo de un limón. Trocea el pollo y déjalo macerar con la mezcla toda la noche. A la mañana siguiente, ya lo puedes freír. Te sorprenderás de su sabor.

Pulpo

¿Te gusta cocinar pulpo, pero siempre te queda algo duro a pesar de la `paliza que le propinas Quedará blandito y se hará en mucho menos tiempo si cuando vayas a cocerlo metes en la cacerola un tapón de corcho. Después, cocínalo como haces siempre; en seguida notarás la diferencia.

Para saber si el pulpo está tierno y en su punto, cuécelo junto a una patata grande; cuando esté hecha, el pulpo también lo estará.

Cuando cuezas pulpo pon en la olla una cebolla en trozos, el jugo que suelta lo ablandará.

Pulpo. Quedará mucho más tierno que otras veces si, una vez limpio, lo pones a hervir en una olla, como siempre, pero añadiendo un poco de agua, una cucharada de harina y otra de aceite.

Puré de patata

Obtendrás un puré de patatas mucho más esponjoso, si le añades una clara de huevo batida. Además, también notarás la diferencia en el gusto, que será mucho más sabroso y agradable. Pruébalo, te encantará.

Puré de patata. Cuando tu familia esté cansada de comerlo siempre con el mismo sabor, toma nota de nuestro truco: añádele un poco de queso suave y una cucharada sopera de mahonesa. Con una solución tan sencilla, conseguirás que quede mucho más sabroso y esponjoso

Queso

Si no quieres que al queso le termine saliendo moho por guardarlo de mala manera, déjalo en un recipiente con cierre hermético y pon a su lado unos cuantos terrones de azúcar. Queda perfecto.

El queso fresco durará hasta siete días si lo guardas en un cuenco en la nevera completamente cubierto de agua.

El queso que se nos ha quedado un poco duro se ablanda fácilmente con un simple baño frío de leche o de suero de leche. Sólo tienes que tener paciencia y ponerlo unas 24 horas antes del día que quieras comerlo.

¿Necesitas queso rallado y se te ha acabado? Mete en el congelador durante cinco minutos ese trozo fresco que tienes en la nevera y se rallará bien.

Para que no le salga moho al queso que no se debe meter en la nevera, pon dentro de la quesera una servilleta de papel. Así, ésta absorberá la humedad y el queso estará perfecto.

Rebozados

Si quieres que la carne y el pescado rebozados queden mucho más esponjosos y crujientes, no tienes más que añadir una pizca de levadura y mezclarla muy bien con la harina. Te aseguro que todos notarán la diferencia.

Añade un poco de bicarbonato a la mezcla que prepares para los rebozados, por ejemplo los de pescado. Te quedarán mucho más jugosos y, sobre todo, muy crujientes. Seguro que no te arrepientes.

Si vas a freír carne o pescado rebozado, antes de echarlos pon en el aceite caliente un par de palillos y luego retíralos. Verás como ni se ennegrece la comida ni se quema.

Si vas a freír carne o pescado rebozado, antes de echarlos pon en el aceite caliente un par de palillos y luego retíralos. Verás como ni se ennegrece la comida ni se quema.

Salsas

Si quieres dar un toque especial a la salsa de tomate, añádele un sofrito hecho con cebolla picada, champiñones en trocitos y algunas hierbas (perejil, orégano o albahaca). Te quedará una salsa deliciosa para acompañar cualquier plato.

Salsa besamel. Para que no se formen grumos cuando la estés haciendo, añade la leche fría de golpe. Si a pesar de todo, queda con grumos, no dudes en batirla con la batidora hasta que desaparezcan. Para hacerla más ligera, sustituye toda o parte de la harina de trigo por harina de maíz. Pero si lo que quieres es darle un color dorado y algo más de sabor, no dudes en añadir una pizca de nuez moscada o, por qué no atreverse, un poquito de curry.

¿Quieres hacer una rica salsa de queso de una manera rápida y sencilla? Lo único que necesitas es nata y queso azul. Pon en un vaso o taza un poco de nata y échale un trocito de queso, mételo en el microondas durante un minuto y... listo. Tendrás una excelente salsa para combinar con patatas, carne, ensalada...

Si quieres que la salsa de tomate que preparas tú misma en casa no tenga ese sabor ácido tan característico, sólo tienes que echar un poco de bicarbonato cuando empiece a hervir y mover muy bien.

Una idea maravillosa para tener siempre a punto la salsa de tomate concentrada: una vez fría, colócala en una bandejita con divisiones de las que se utilizan para hacer cubitos de hielo. Introdúcela en el congelador y espera dos horas. Luego, sácalos de la bandeja para que puedas utilizarla para otras cosas, pero mantén los cubitos de salsa de tomate en el congelador. Cuando los necesites, sólo tendrás que cogerlos con tiempo suficiente para que se puedan descongelar.

¿Quieres dar un toque especial a tus platos? Prepara la siguiente salsa: mezcla cebolla muy picada, salsa de tomate, bacalao desmigado, aceitunas verdes muy picaditas y un poco de aceite de oliva.

Si te has pasado un poco con el aceite, y la salsa del guiso está demasiado grasa, añádele un poquito de bicarbonato.

Si la salsa que has preparado te ha quedado un poco líquida, puedes añadir harina, pero quedará mucho mejor, y sin grumos, con unos pocos copos de puré instantáneo.

Salsa salada. Es algo que suele ocurrir con mucha frecuencia, pero tiene fácil arreglo. Sólo tienes que agregar una cucharadita de azúcar glas y remover bien. Nadie notará la diferencia y no tendrás que repetir la salsa.

Ya no te queda ni una gota de vino blanco para esa salsa del estofado? Sustitúyelo por la siguiente mezcla: un tercio de vinagre, dos tercios de agua y un terrón de azúcar. Te sacará del apuro y nadie notará la diferencia.

Sándwiches.

Sándwiches. ¿Tienes una pequeña fiesta y quieres ir ganando tiempo preparándolos con antelación? No se resecan cubriéndolos con un paño húmedo.

Sardinas

Cuando ases caballas o sardinas, pon junto a ellas unas hojas de laurel. Absorberán todo ese olor desagradable que dejan en casa.

Si quieres freír sardinas, pero te molesta que huelan tanto y se impregne de ese olor toda tu casa y la de los vecinos, media hora antes de echarlas a la sartén, ponlas en un plato que tenga leche (no hace falta que las cubra). Te aseguro que es infalible

Sartenes

Si la comida se te pega muchas veces en las sartenes y ya no sabes cómo evitarlo, prueba a frotar toda la superficie con ajo; luego, pasa un poco de agua para eliminar la mayor parte del sabor. Ahora ya puedes utilizarla sin peligro de que se pegue ningún alimento. ¡Así de sencillo!

Tomate

Para evitar que el tomate frito o triturado se estropee en la nevera cuando no se ha consumido el bote entero, échalo en un recipiente de cerámica o cristal y cúbrelo con un poco de aceite.

Para evitar que los tomates fritos tengan un sabor ácido échales un poco de azúcar cuando estén casi fritos.

Si has comprado tomates y te los han dado demasiado verdes, no tienes más que recordar que madurarán mucho antes si los metes en una bolsa de papel junto a un tomate maduro o una manzana.

Tomates. Una manera eficaz de conservarlos durante mucho más tiempo sin que se estropeen es guardándolos en la nevera en un recipiente de cristal con agua fría.

Guarda siempre los tomates en la nevera con el tallo hacia abajo, procurando que no se toquen unos con otros. Se conservarán frescos mucho más tiempo.

Tortilla de patata

Para que la tortilla o los huevos revueltos queden más jugosos, añádeles un poco de leche al batirlos.

Tortilla de patata. ¿Quieres que te quede esponjosa como nunca? Echa una cucharadita pequeña de levadura cuando estés batiendo el huevo. Te aseguro que todo el mundo quedará encantado con su buen aspecto y con su sabor.

Verdura

Si estás acostumbrada a comprar mucha verdura con bastante antelación, envuélvela en papel de periódico y lograrás que se conserve como el primer día durante mucho tiempo.

Al cocer verduras, por ejemplo, alcachofas o pencas de acelgas, cogen un color grisáceo muy feo. Para que queden con un tono bonito y apetecible, antes de echarlas a cocer, añade en el agua el zumo de medio limón y un puñadito de harina. Remueve hasta que se disuelva la harina, añade la verdura y... a cocer. Evitarás la pérdida de calcio en las verduras si las cueces sin sal y la añades después de cocinadas.

Esas verduras que se te han puesto feas por no usarlas a tiempo ya tienen remedio: recorta las partes dañadas, rocía las verduras con agua fresca, envuélvelas en una servilleta y mételas en la nevera una hora.

No utilices nunca una cuchara de metal para remover un guiso de verduras; pues sólo conseguirás que se endurezcan. Sustitúyela siempre por una cuchara de madera.

Si quieres que las verduras resulten más sabrosas, añade una cucharada de azúcar al agua de cocción. Verás qué cambio.

Zanahorias

Si se te han olvidado las zanahorias en la nevera y se han quedado reblandecidas, no tienes más que meterlas, durante media hora aproximadamente, en agua helada. Quedarán como recién compradas.